La nueva economía del pláscito, Ellen MacArthur
*La nueva Econompia del Plástico, Fundación Ellen MacArthur

Nueva economía del plástico: Repensando el futuro de los plásticos.

Hace unas semanas salía la noticia de que la Fundación Ellen MacArthur había presentado un informe en el Foro Mundial de la Economía en el que decía que para 2050 habría más plásticos en el mar que peces. Lo chocante de la noticia nos hizo querer investigar un poco más sobre el tema. ¿Qué más decía este informe? y sobre todo ¿quién es Ellen MacArthur? Después de indagar un poco más en esta noticia descubrimos a una mujer increíble con una fuerza tremenda. Ya sabemos que lo hemos dicho en alguna ocasión, pero tenemos una nueva heroina. Pero empecemos por el principio, ¿quién es Ellen MacArthur?

Ellen MacArthur es una deportista que batió el récord mundial de navegación en solitario y sin escalas alrededor del mundo, en 2005, dejándolo en 71 días y 14 horas. Vivir al límite durante tanto tiempo le supuso una transformación radical en su manera de entender el mundo:

En el bote aprendí las lecciones más básicas de economía: todas las provisiones estaban calculadas día a día”, recuerda. “El bote era mi vida, y fue así como si realmente valor a los recursos, reaprovechando todo lo que podía y sin desechar apenas nada. Durante esa durísima travesía me vino a la cabeza el contraste con el modo en que vivimos en tierra, con esos supermercados desbordantes que nos crean la ilusión de un mundo de recursos ilimitados.

Me di cuenta que no podemos seguir funcionando así a largo plazo, y decidí hacer lo posible por cambiar las cosas Cinco años más tarde creó la fundación Ellen MacArthur con el objetivo de impulsar la transición a una economía circular. Resumiendo muchísimo (este tema da para hablar largo y tendido) la economía circular es una economía regenerativa que pretende conseguir que los productos, componentes y recursos mantengan su utilidad y valor en todo momento. Como en la naturaleza, donde no hay desperdicios. Pero de esto ya hablaremos en otro momento.

Producción de plástico

No nos enrollamos más y allá vamos:

Se prevé que la producción de plástico que se utiliza para embalajes siga creciendo, doblándose en sólo 15 años y cuadruplicando de aquí al 2050. El plástico utilizado para envases supone actualmente un 26% de la producción total de plástico (311 millones de toneladas en el año 2014).

Los envases de plástico actuales pueden ofrecer beneficios, pero tienen en su diseño un fallo intrínseco: su vida útil es muy corta y sin embargo el material persiste por siglos.

Sólo un 5% del plástico es reciclado a nivel mundial. Cuarenta años después de que apareciera el primer símbolo universal de reciclaje únicamente el 14% del plástico es recolectado para ser reciclado. Y finalmente solamente el 5% del plástico se recicla.

Los plásticos reciclados son utilizados para productos de menor calidad que no van a ser posibles de reciclar de nuevo. Por ejemplo, sobre el 80% de las botellas de plástico de PET recicladas se utilizan para producir fibras de poliéster para ropa o alfombras, por lo que van a crear un uso adicional, pero no van a crear una economía circular.

Además de este 14% que llega a recolectarse para reciclarse, hay otro 14% que llega a plantas incineradoras y que se utiliza para obtener energía. El resto, un 72%, no se recupera, el 40% acaba en un vertedero y un 32% se escapa de los sistemas de recogida, pudiendo acabar en medios naturales, cómo el océano. Y aquí llegamos al siguiente punto.

Cada año ocho millones de toneladas de plástico acaban en el océano, lo que equivale a vaciar un camión de basura en el océano al minuto. Si seguimos como hasta ahora y no hacemos nada por remediarlo, se estima que para el año 2030 serían 2 camiones al minuto y para el 2050 serían 4 camiones por minuto.

Las últimas estimaciones indican que a día de hoy hay unas 150 millones de toneladas de plástico en el océano. Si continuamos igual en el 2025 habrá una tonelada de plástico por cada 3 toneladas de peces, y en el año 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Y esto teniendo en cuenta el peso, cuando mucho del plástico que llega al mar es muy ligero.

Pero además también hay que tener en cuenta los componentes de los plásticos.

De los 150 millones de toneladas de plástico que se calcula que hay en el océano, aproximadamente 23 millones son de aditivos. Los plásticos son mezclas de polímeros a los que se les añaden aditivos. Estos aditivos se utilizan para mejorar las propiedades del plástico o para reducir su coste. Hay miles de aditivos en el mercado. En la actualidad se producen 13.2 millones de toneladas de aditivos anualmente. La exposición a muchos de estos aditivos a largo plazo y la repercusión que pueda tener a nuestra salud y sobre los sistemas naturales, como el océano, crean mucha preocupación. Aunque los estudios científicos no llegan a ser concluyentes, según el informe hay suficientemente indicaciones para buscar alternativas más seguras.

También indican la necesidad de una mayor investigación sobre los riesgos que pueden causar, incluyendo los efectos a largo plazo y el efecto que pueda tener la combinación de estas sustancias.

La industria del plástico utiliza tanto petróleo como el sector de la aviación. El 6% del consumo global de petróleo se utiliza para producir plásticos. Se espera que siga subiendo esta cifra pudiendo llegar a un 20% para el año 2050.

Producción y reciclaje de plástico en 2013

Pero no todo son malas noticias, aunque en el informe indican que el objetivo del mismo no es encontrar soluciones, en realidad sí que facilitan alguna.

En lo que más insisten es en la necesidad de una organización y reglamentación universal. En la actualidad la economía del plástico está muy fragmentada. La falta de estándares y de coordinación ha permitido el caos actual en el que la proliferación de materiales, formatos, etiquetas, de sistemas de recogida, de clasificación y de reprocesamiento impide el desarrollo de mercados eficientes.

Incluso la innovación está muy fragmentada. El desarrollo e introducción de nuevos materiales y formatos ocurre muy rápido y no está coordinada con el desarrollo del correspondiente sistema de reciclaje o reutilización de estos nuevos productos.

Lo lógico sería que existiese una colaboración en toda la cadena. La falta crónica de alineación entre la innovación y el reciclaje y también la falta de estándares debería ser resueltas para desbloquear la nueva economía del plástico. Cuando un nuevo producto o material sale al mercado, con anterioridad se debería haber resuelto el sistema de reutilización o reciclaje de éste y no al revés, como está ocurriendo en la actualidad.

El objetivo de la nueva economía del plástico es que los plásticos nunca lleguen a desperdiciarse, sino que vuelvan a entrar en la economía como material válido. Pretenden crear una efectiva economía del plástico después de su uso, reduciendo el plástico que llega a lugares naturales, especialmente al océano.

Económicamente hablando (no olvidemos que este informe es económico) después de un corto primer uso, el 95% del valor material de los embalajes de plástico, como 80-120 billones de dólares anuales, se pierde. Un 32% de estos embalajes se escapa del sistema de recolección de residuos, significando otro coste económico al bloquear el alcantarillado y reduciendo la productividad de sistemas naturales, como el océano. El coste que supone el plástico utilizado para embalajes después de su uso, más el coste asociado a los gases de efecto invernadero en la producción ha sido estimado por la UNEP (Programa de las naciones Unidas para el medio Ambiente) en 40 billones de dólares, lo que supera los beneficios de la industria del plástico para embalajes. Pero ¿qué importa lo que pase después o el coste que pueda llegar a producir, mientras cierta gente siga llenando sus bolsillos?

Producción y reciclaje de plásticos en la economía circular

Otro punto a tener en cuenta es la investigación sobre un material benigno que pudiera reducir el impacto negativo en los sistemas naturales. El informe insiste mucho en la necesidad de una investigación coordinada para poder encontrar materiales menos dañinos al medio ambiente.

Los plásticos biodegradables creen que pueden ayudar (si se combinan bien con una apropiada recolección). Pueden ser útiles en los envases que están mezclados con comida después de su uso y para materiales que no van acabar en la cadena de reciclaje (el plástico biodegradable compromete la calidad del reciclaje), como las bolsas de desechos orgánicos en restaurantes, o las bolsitas del té y las cápsulas de café (que tanto odiamos). Pueden ser también útiles en ciudades donde se recoge la basura orgánica por separado (como pasa en Milán y esperamos que pronto en muchas más ciudades).

Otras opciones pueden ser la utilización de concentrados. Se estima que en Estados Unidos cada año hay 42.1 billones de recipientes usados para productos que es un 70-90% son agua. Solamente empaquetando y vendiendo los ingredientes activos concentrados (sin agua) y reutilizando el mismo recipiente treinta veces se reduciría, sólo en EEUU, aproximadamente 341.000 toneladas de plástico por año.

Y cómo no, la reutilización de los materiales o envases, tanto en las empresas, como de los clientes es fundamental. Las empresas deben de devolver los envases o recipientes al punto de origen para que puedan ser reutilizados tantas veces como sea posible, y los consumidores también debemos hacer lo mismo cuando vayamos a comprar, devolver los envases o reutilizarlos tantas veces como sea posible.

Es verdad que todo esto puede parecer un poco idílico en los tiempos en los que vivimos pero la buena noticia es que hay empresas que ya lo hacen. A raíz de abrir el directorio de empresas que venden a granel y sin plástico, descubrimos 4eco, una franquicia de jabones y detergentes a granel y de proximidad que, además de invitar a la gente a que lleven sus propios recipientes, cuando se agotan sus productos en tienda devuelven las garrafas a fábrica para que se rellenen de nuevo. Por cierto, si conoces empresas por el estilo, nos encantaría que nos las presentaras.

La economía circular tiene siempre presente es que los recursos son finitos cosa que la economía actual parece no tenerlo en cuenta y los utiliza como si no hubiese límite.

Fuente: Fundación Ellen MacArthur.

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